Fiche de témoignage Dossier : Al encuentro de artesanos de paz en América Latina, julio - agosto 2003.

Cusco, Perú, juillet 2003

Entrevista al senor Xavier Lanata, Director del Centro de ediciones del Centro Bartolomé de las Casas

El trabajo pour la paz en la region andina del Centro Bartolomé de las Casas

Mots clefs : Coopération scientifique au service de la paix | La responsabilité des autorités politiques à l'égard de la paix | Travailler la compréhension des conflits | Centre Bartolome de las Casas | Citoyens péruviens pour la paix | Gérer des conflits | Amérique du Sud | Région Andine | Cusco

IRENEES

¿Quieres por favor presentarte y presentar un poquito el sentido de tu trabajo?

Xavier LANATA

Me llamo Javier Nata. Soy franco-peruano, nací en París. Estudié Ciencias Políticas en París y estoy actualmente haciendo mi Doctorado de Antropología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Estoy haciendo un trabajo, que es parte también del apoyo del Centro Bartolomé de las Casas (CBC) a la investigación en forma general, con pastores de alpacas en el macizo de la Osangate, en el sur del Cusco.

En el CBC me ocupo esencialmente del programa editorial, aunque participo igualmente en una reflexión institucional y apoyo al Colegio Andino en la organización de coloquios, debates y foros.

También colaboro con la Casa Campesina en todo lo que tiene que ver con el proceso de descentralización, regionalización del Perú. Actualmente en el país hay un debate muy grande sobre la reforma del Estado y la descentralización administrativa. En Francia estamos en el mismo debate, lo cual demuestra que esto forma parte de un paquete de reformas que se aplican tanto en Europa como en África, como en América Latina y que en realidad apuntan a una reorganización de la administración pública pero al mismo tiempo a una reducción de gastos públicos en forma general. Entonces, acá en el Perú el debate es muy grande y en particular hay un malentendido muy fuerte entre la reivindicación descentralista que hay en regiones peruanas desde muchísimos años y lo que quiere hacer Lima, la capital. En las regiones hay una reivindicación histórica pero obviamente desde una perspectiva de política económica distinta, de reflexión sobre cómo invertir (en el sentido de darle vuelta) el proceso de liberalización del mercado y de reducción de peso del Estado que ha habido en el Perú desde años. Por el otro lado, Lima apunta hacia una reforma de descentralización que en realidad se engarza dentro de lo que llaman las políticas de “ajuste de segunda generación”. Esto es un poco para dar el contexto político en el que se está moviendo la región andina en este momento.

En cuanto al programa editorial, ha sido fundado prácticamente con el CBC. Es el programa más antiguo del Centro porque su misión, su razón de ser desde los inicios, es de producir y de difundir conocimientos sobre el mundo andino para los actores del mundo andino y con los actores del mundo andino. Eso de tal suerte que haya acceso de estos actores a herramientas de análisis e informaciones que les pueden ser útiles para decidir sobre sus propias alternativas y su propio futuro. La vocación desde el saque es de capacitar, de empoderar, cosa que el CBC viene haciendo desde hace 30 años, a los actores locales dándoles acceso a la información que ellos necesitan y que ellos consideran útil para ellos. También por eso es la ubicación estratégica del Centro en el Cusco y no en Lima. Es decir, hay una opción por trabajar sobre la región andina desde el espacio andino porque allí es donde se puede debatir con los actores sobre que tipo de información es requerida. En ese aspecto, la Editorial como la biblioteca sirven para difundir estos contenidos informativos; básicamente esa es la razón de ser del programa editorial.

En los años de comienzo del Centro plubicábamos muchas investigaciones que nosotros mismos realizábamos, y eso fue así hasta mediados de los noventa. Desde entonces entramos en un proceso de reestructuración de la cooperación internacional a nivel mundial en la que los recursos que estaban orientados hacia América Latina, y el Perú en particular, se retiran y se van reportando sobre África, Europa del Este y Asia. Esa es una de las razones por las cuales nuestra capacidad de investigación, nuestra planta de investigadores principales se va reduciendo. En la actualidad tenemos pocos programas de investigación desarrollados dentro del Centro y también tenemos menos apoyos para la edicion. Por eso, la Editorial ha ido desarrollando estrategias de coedición y ampliando su cartera de autores para publicar cada vez más cosas que son producidas por autores que no necesariamente son investigadores de planta del Centro, sino que son investigadores asociados que forman parte de programas de investigación en universidades del Norte y en universidades peruanas nacionales. Esto es una forma para nosotros de conservar una línea editorial y al mismo tiempo hemos intentado desarrollar mucho actividades comerciales con la publicación de guías, de libros que son menos académicos. Nuestros servicios de imprenta cada vez más están haciendo esfuerzos para volverse competitivos en el mercado y poder proveer servicios a terceros. Es una de las formas en las que intentamos sobrevivir económicamente como programa sin perder de vista nuestra misión institucional que es publicar libros de investigación, sobre todo de ciencias sociales. En muchos casos son libros académicos, algunos son libros más de vulgarización y debate pero todos ellos enfocan al mundo andino, sus herencias pasadas, sus posibilidades hacia el futuro, etc…

IRENEES

La región en la que ustedes trabajan es una región historicamente muy rica en cultura, en civilización, en tradición, incluso en derecho consuetudinario. Es el corazón casi del imperio inca ¿Cúales son para ustedes los desafíos que encuentran para poder realizar el tipo de trabajo que ustedes hacen? Desde los desafíos prácticos técnicos, por ejemplo el hecho de publicar documentos escritos cuando la tradición indígena muchas veces pasa por oral, al desafió talvez más de fondo de como establecer un dialogo intercultural entre mundo indígena y mundo occidental.

Xavier LANATA

Es curioso que toques este tema porque justamente ayer estábamos debatiendo esto. Ahora en el Perú el tema de la Nación, de la construcción de una democracia intercultural y de espacios de debates interculturales ha vuelto a la superficie muy fuertemente en los últimos años. Pero en realidad es un tema muy antiguo, de los albores de la republica pasando por la derrota con Chile en donde la gente no luchó por una Nación o por un interés general, que todo el mundo percibía como tal, sino que en realidad el ejército en Perú era conformado por gamonales indígenas que no se compran el pleito por así decirlos. Entonces hay varias formas de enfocar este tema, nosotros intentamos hacerlo desde hace muchos años. Desde el momento en que se funda el CBC obviamente la cuestión de la cultura y la cuestión de la reivindicación de la identidad cultural aparece como tela de fondo de todas las acciones del CBC.

Lo que planteaste en primero, es el tema de derecho consuetudinario que se trabaja mucho en la Casa Campesina. Desde hace prácticamente quince años tenemos un trabajo con las comunidades campesinas para brindarles asesoria en temas legales y organizativos en oficina y en campo. Muchas comunidades se acercan al CBC por que es una de la únicas instituciones a nivel nacional que se interesa por el tema legal, por el tema del asesoramiento a titulación de propiedades, a problemas de conflicto muchas veces ligados a la cuestión del acceso a recursos naturales y a la cuestión de la organización interna de la comunidad es decir cómo hacer para adaptar el marco legal que ha sido constantemente modificado. Ha habido una reforma agraria en los años setenta, y una ley de comunidades campesinas que se votó en el marco de esa reforma agraria. Después hubo innumerables sub-leyes para definir el estatuto legal de lo que se llama la “comunidad campesina” pero que muchas veces no corresponde a los mecanismos consuetudinarios heredados de la tradición de gestión de las propias comunidades. Allí hay un problema de cómo hacer para que coincida la ley con la práctica. En ese trabajo constante se les brinda asesoría, vienen al Centro, regresan cuando surgen un nuevo problema. Es un acompañamiento muy fuerte que nos ha permitido en algunos casos lograr soluciones origínales de creación de nuevas comunidades, de separación de algunas, de acompañamiento a procesos prácticamente novedosos de auto formación de espacios comunales. Por ejemplo, cuando en los noventa en el Cusco se arma la Casa Campesina, existían registradas o no registradas, se declaraban como tal más o menos como cuatrocientas comunidades campesinas. Ahora estamos en más de mil.

A nivel jurídico hubo un trabajo muy fuerte, sobre todo también después de la subversión con el proceso de lucha contra el Sendero Luminoso. Se conforman rondas campesinas como un ente totalmente nuevo pero que al mismo tiempo se basaba en principios de auto regulación social de los espacios rurales muy antiguos. En Cajamarca, surgen rondas campesinas organizadas por el Ejército pero que, al mismo tiempo, movilizaban principios antiguos de reciprocidad como el AINI o la MINCA que son principios de organización típicamente andinos plasmados y reorganizados con el fin de luchar contra el Sendero. Acá también en el Sur de Perú hubo lo mismo y ahora el gran debate es de saber cual es la ubicación de estas rondas campesinas dentro del sistema jurídico nacional, y en particular si estas rondas campesinas tienen o no poder de administrar justicia. Acaba de salir una ley que reconoce a la rondas campesinas el poder de administrar justicia y que les reconoce un estatuto de “comité especializado de las comunidades campesinas”. Cuando hay una comunidad campesina, la ronda es un sub-comité de la comunidad. No tiene una personalidad jurídica separada.

Entonces hay toda una reflexión acá que obviamente no es tan fuerte como en Bolivia. Ahí han ido mucho más lejos que nosotros en el campo legal. El problema es que en el campo político y en el campo más amplio de la reforma del Estado no hay el reconocimiento de que hay actores que se llaman comunidades campesinas. Por lo tanto tienen que ser reconocidas no sólo del punto de vista de la administración de justicia sino inclusive del punto de vista del acceso a la salud, de los programas administrativos, del acceso a otro tipo de servicios básicos como es el saneamiento por ejemplo.

Tienen que ser reconocidas las formas tradicionales de organización y de gestión de estos tipos de servicios: en la educación bilingüe intercultural, en la salud (sistemas tradicionales de salud pública), en la agricultura. El otro día estaba participando en un evento con agricultores que son criadores de papas nativas, manejan 200-300 variedades de papas en sus chacras, y estas papas obviamente no tienen valor reconocido por el mercado. Sin embargo, ellos son los garantes de todo el genomio, de toda la diversidad genética de papas del Perú. Qué tipo de reconocimiento el Estado da a estos agricultores por la enorme riqueza intelectual y cultural de su saber hacer en cuanto a manejo de cultivo? Ninguno.

Entonces, en los diferentes campos de la vida productiva y social no hay hasta ahora un debate serio sobre el tema de la reforma del Estado desde una perspectiva intercultural y de democracia local intercultural.

Nuestro afán es de animar el debate con los propios actores regionales para que ellos vayan a exigir que estas reformas se den.

IRENEES

Las acciones que un centro, como el de ustedes, realiza ahora en la región andina, están relacionadas necesariamente con los grandes conflictos y con los grandes desafíos mundiales de hoy. Eso en muchos niveles, no sólo en la cuestión intercultural, la cuestión indígena, sino también en la cuestión de los recursos naturales, el mismo turismo, la existencia de Machu Picchu como santuario pero también como lugar de conflicto, etc… ¿Cómo tratan ustedes de relacionar su trabajo con una escala mundial, con un nivel internacional?

Xavier LANATA

Como te imaginarás no es muy fácil hacer eso desde el Cusco. Es un espacio relativamente marginado dentro de la economía peruana, por lo tanto los recursos para hacer cualquier tipo de acciones transnacionales necesariamente pasan por Lima. En primer lugar, la idea es engarzarnos dentro de las redes existentes de actores que trabajan a nivel continental, sobre todo para impulsar procesos de cambio en todo el continente. Desde el momento del saque, de su fundación, el Centro ha tenido una opción por la región andina entendida en su sentido amplio.

IRENEES

¿Qué es el saque?

Xavier LANATA

Es la fecha 1974, cuando se funda el Centro. Desde el momento de su fundación hay una orientación hacia la región andina. Inicialmente es Centro de Estudios Rurales Andinos, y después se vuelve Centro de Estudios Regionales Andinos, ya con una intención explícita de marcar a todos los países de la región andina, de Venezuela hasta el Sur de Chile y Argentina. Nos hemos insertado desde muy temprano en redes como la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), el Consejo de la FLACSO o la Asociación Latinoamericana de Organismos de Promoción (ALOP). El CBC es fundador a nivel nacional de una red de instituciones que se llama el Grupo Propuesta Ciudadana, fundada en el 92, como una reacción al golpe de Estado de Fujimori para impulsar el proceso de cambio en el Perú y democratizar a la sociedad en las bases. Así como eso hay una infinidad de redes en las que estamos insertos.

Ahora tenemos la sensación que muchas veces las redes ven su capacidad de acción muy limitada debido a las dificultades con las que se encuentran los centros que las conforman. Muchas de ellas son redes con una vida orgánica muy débil y no hay una real capacidad de movilización sobre acciones en campaña transnacionales. La forma de resolver esto es precisamente, desde el saque, la cuestión de la publicación.

Hay dos programas en el CBC que tienen una proyección macro-regional y que permiten movilizar y crear redes de personas que han pasado por el CBC, que comparten un análisis y son capaces de movilizarse rápidamente en un momento dado porque tienen objetivos y una lectura común. La primera es el Colegio Andino, porque en las maestrías que nosotros ofrecemos, muchos estudiantes vienen de otros países de América Latina. En el espacio del Colegio Andino se crea una dinámica de debate regional. La otra es la Editorial, que tiene una red de difusión de sus libros en Bolivia, en Ecuador. Tenemos convenios con Ayala y en otros países de América Latina, y últimamente con la FPH en Europa. En el caso de la FPH, la idea es explícitamente no solamente publicar textos académicos, sino de publicar textos con un nivel de problematización y de reflexión interesante sobre problemas actuales del mundo contemporáneo y de la subregión andina en particular. Entonces esa línea FPH, esperamos que contribuya a generar procesos de cambio en lectores curiosos, inquietos por el cambio regional tal como se está dando. La publicación es verdaderamente una de las formas de crear una conciencia que va más allá del Perú y del área exclusivamente del Cusco.

Eso es todo lo que está a nuestro alcance por ahora. Quisimos ir a Puerto Alegre el año pasado pero tampoco se pudo concretar. No logramos que estas redes, estos espacios informales de difusión, logren realmente articularse en acciones muy sinérgicas y muy concretas. Tengo la sensación de que es difícil hacer eso por los intereses, que no necesariamente son los mismos. La situación de los miembros de las redes son distintas. Hay mucha dispersión en cuanto a objetivos y en cuanto a posibilidades concretas. Muchas veces no logramos desembocar en acciones conjuntas. Ultimamente la única que sí tiene un nivel de apoyo de varias instituciones es la campaña contra el ALCA. Hemos participado en eventos, hay una campaña nacional coordinada por varias mesas nacionales de concertación de ONG’s y todo eso, de organizaciones sociales, de federaciones sindicales y todo, pero es difícil.

IRENEES

¿Cúales son los lazos entre edición, publicación y construcción de paz? En Perú, por ejemplo, hay injusticia social fuerte, hay poblaciones que viven en situaciones socioeconómicas y culturales muy difíciles. Esto sirvió hace algunos años al Sendero para movilizar gente por medio de la violencia. Hoy que el Sendero está supuestamente muerto, parece que jóvenes que viven en estas situaciones pueden ser objeto de manipulaciones hacia la violencia ¿Cómo en un contexto así, atravesado por un montón de conflictualidades, el trabajo que ustedes hacen de edición, de publicación, incluso lo de la biblioteca, puede contribuír a la paz?

Xavier LANATA

Es obvio que la violencia y la intolerancia siempre se nutre de la ignorancia. Es evidente que mientras menos ignorantes seamos, más pacíficos seremos. Esa es nuestra convicción porque los prejuicios y todos los rechazos del otro, muchas veces no tienen otras bases sino el desconocimiento y la no voluntad de conocer al otro y saber realmente sobre que bases poder entablar una relación de diálogo y de reciprocidad.

Yo quisiera agregar a todo lo que has señalado sobre la situación en Perú, el tema de que la violencia no solamente proviene del Sendero y de las fuerzas subversivas, sino que el propio Estado es violento y ese es el problema de fondo. Es que la violencia que ha venido de la masa subversiva de Sendero Luminoso es una violencia que prácticamente se nutre de una violencia de todo el sistema político, económico, cultural del país. Hay una violencia simbólica muy fuerte, hay una exclusión y una dominación cultural muy violenta. Ahora en este momento en el Perú estamos a punto de que vuelvan a salir estas cosas porque la Comisión de la Verdad va publicar su informe sobre veinte años de violencia política (1980-2000). Desde ahora, ya los grupos conservadores y el Ejército están sacando manifiestos y pronunciamientos en la prensa diciendo que es un escándalo, de que la Comisión de la Verdad nunca debiera habido de existir, de que le hace mucho daño al país. Eso porque ya se sabe que el informe lo que hace es aclarar las responsabilidades del Ejército en los crímenes contra los derechos humanos durante todo el período de violencia terrorista. Además hay pruebas fehacientes de que ha habido violaciones de mujeres; asesinatos de mujeres; asesinatos de niños; mujeres, niños, personas mayores y personas comunes y corrientes que han sido torturadas; hay muchísimos inocentes que están en las cárceles hasta ahora, diez años después de que haya sido capturado Ismael Guzmán siguen las cárceles peruanas llenas de gente sin que halla ningún tipo de pruebas en contra de ellos. Simplemente por decir esto, ya está surgiendo en muchos sectores de la opinión pública un rebrote autoritario y reaccionario muy violento, inclusive hay mucha gente que teme de que autorice un regreso a un gobierno de tipo autoritario, como fue él de Fujimori, y que éste termine destruyendo a todos aquellos esfuerzos de participación y de democracia local que están emergiendo y que han florecido en los último años.

Hay una preocupación muy grande, y obviamente allí la misión y la visión del CBC es de precisamente nunca cerrar las puertas del diálogo. Es decir de que en ningún momento se tome como argumento el hecho de que exista debate y el hecho de que las posiciones se enfrenten en el debate para poder restaurar un sistema autoritario y por último represivo. Es lo que está surgiendo. Porque el informe de la Comisión de la Verdad es típicamente un documento de debate. Entonces nuestra misión es de respaldar el proceso de debate y de reconciliación del país, de saber porque hubo terrorismo, discriminación. Saber porque el 75% de los muertos de todo el período de violencia son indígenas quechua hablantes, porque había una impunidad total cuando eran indígenas quechua hablantes. En cambio cuando las fuerzas armadas cometían el error de atacar a personas que no formaban parte del espacio exclusivamente indígena rural, habían reacciones de protesta, pero nadie se escandalizaba cuando se mataba a sangre fría a campesinos y a pueblos enteros en la sierra central y del sur.

Obviamente esto tiene que ver con la cultura, con la construcción del país como una nación integrada, con la idea de que esos somos nosotros y esa violencia la tenemos nosotros dentro.

Todo esto hay que reflexionarlo en términos históricos, de poder, de relaciones de exclusión social y cultural muy fuerte: eso es lo que nosotros intentamos hacer.